Sex and the city

"Cuenta la leyenda que hace cientos de años una pequeña ciudad de Cataluña era asediada por un malvado dragón que obligaba a los habitantes de la ciudad a entregarlo cada día dos animales para que él pudiera alimentarse.
Pasaron los días y finalmente se quedaron sin nada que darle al dragón así que el rei ordenó que cada día se le entregaría al dragón una doncella y le elección de ésta se haría por sorteo. La princesa, que no quería tener un trado especial dijo que su nombre también se incluiría en el sorteo.
Al día siguienete hacia al mediodía se reunieron todos en la plaza del pueblo para realizar el sorteo. La gran sorpresa fue que la chica elegida fue la princesa. El rey, desesperado lo ofreció a su hija cambiarse por cualquier otra chica pero ella se negó aceptando así su destino.
La princesa abandonó sola las murallas que protegían la ciudad y se dirigió hacia la cueva en la que habitaba el malvado dragón. Y ahí esperó...
Al cabo de unas horas el dragón despertó y trás olfatear el aire asomó la cabeza y cual fue su alegría al descubrir que tendría para comer ni más ni menos que a la princesa.
Y justo cuando el dragón iba a devorar a la princesa apareció Sant Jordi montando un caballo blanco y desafió el dragón, el cual, trás una larga lucha cayó muerto y el caballero Jordi salvó la vida a la princesa y les devolvió la libertad a los habitantes de la ciudad. Dice también la leyenda que tras morir el dragón su sangre se convirtió en un rosal y el cavallero Jordi cogió una rosa y se la regaló a la princesa..."


Y desde ese día siempre ha sido tradición en Cataluña que el hombre le regale una rosa a la mujer, y la mujer un libro al hombre. Es una tradición que me encanta. Las ramblas se llenand de paraditas de libros, en cada esquina te encunetras a gitanas vendiendo rosas (bueno, no todo son gitanas), la gente sale a la calle a pasear a regalrse libros o rosas unos a otros... Me parece un día felizl, un día especial, un día en que la cultura, el amor, la magia y la leyenda nos unen y nos empujan a todos a salir a pasear por la calle y a compartir ese día con nuestros seres mñas queridos. Siempre he recordado el día de Sant Jordi como algo feliz, y llevo perdiéndomelo tres años consecutivos, desde que llegué a Madrid. Aquí nos intentan copiar e inventan el día mundial del libro y el corte ingles vende libros en la calle, pero nada es igual que un día de Sant Jordi en Barcelona. Quizás si lo véis me entenderéis, o quizás solo lo entedemos los que hemos vivido toda nuestra vida con ello y la leyenda a pasadoa formar parte de nuestras vidas, y la simple monotonía de la tradición ha sido convertida en un día lleno de mágia, amor y felicidad.
Echo de menos Sant Jordi...